Hacernos eco de ese papel imprescindible de madres y padres es desempolvar nuestros propios sentimientos del niño/a que fuimos. Sentirlo es la base del cambio. Y la reivindicación es fundamentar la felicidad de la infancia, su armonía como personas, más en contacto en nuestra relación ecológica en el mundo. Al fin y al cabo, es el primer ecosistema al que tenemos que proporcionar cuidado, el de la crianza responsable.
Òscar Llago i Giménez
No hay comentarios:
Publicar un comentario