Una de las cosas que más me gusta de Italia es que en cualquier lugar que vivas tenes cerca mar y montañas, en una hora y media podes estar en un el mar o en la montaña con lago incluido si se desea...hay para todos los gustos. Para mi que estoy acostumbrada a las grandes distancias de Argentina donde para ir a las sierras tengo al menos 5 horas de viaje y el doble para ver el mar, el hecho de poder estar en paisajes distintos en poco tiempo es algo que valoro mucho.
Agotados por el calor de Julio, con el cansancio que éste trae cuando es fulero, sumado a los cortes de luz de noche que te hacen dormir mal, un poco bajoneados por el accidente de Gianluca, decidimos un fin de semana ir a respirar el oxigeno de las montañas esperanzados de encontrar allí unos grados menos que nos permitiera reponernos de las altas temperaturas de la ciudad.
Asi, agotados desde la punta de la cabeza hasta la del dedo mas chico de los pies, partimos con mi querido accidentado, mi chiquita y la gata (sin saber que por esos pagos encontraría su nueva residencia).
Destino: un pueblito en los Apeninos a orillas de un lago artificial muy lindo donde tiene casa un querido amigo que muy generosamente nos ofreció hospedaje.
El paisaje es muy lindo, acá estoy yo con mamá dando unas vueltitas por el pueblito que es muy chiquito.
Y acá con mi papá
Miren que linda esta casita del pueblito..
Éste es el paisaje desde la ventana de nuestra pieza...era muy lindo..con la vista al lago y a otros pueblitos a lo lejos...
Y como la casa es vieja, de esas casas de campo con chimenea en el salón...miren el estilo de la pieza...pareciera que nos hubiéramos transportado en el tiempo...
Y miren los techos, pintados!!! a mi me gustaba mucho mirarlos!!
Bueno, en este videito estamos dando una vueltita por el pueblito...solo que yo no tenía muchas ganas asi que no llegamos muy lejos...
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