Lilypie First Birthday tickers
Hacernos eco de ese papel imprescindible de madres y padres es desempolvar nuestros propios sentimientos del niño/a que fuimos. Sentirlo es la base del cambio. Y la reivindicación es fundamentar la felicidad de la infancia, su armonía como personas, más en contacto en nuestra relación ecológica en el mundo. Al fin y al cabo, es el primer ecosistema al que tenemos que proporcionar cuidado, el de la crianza responsable.
Òscar Llago i Giménez

miércoles, 17 de octubre de 2012

Jugando en el charco



Ayer fuimos al parque después de algunos dias de lluvia. El día era hermoso, por lo cual me sorprendió que no hubiera nadie. Cuando llegamos con Nicole una mamá que veo seguido se estaba yendo y me explicó que se iba porque el nene quería jugar en el pasto que estaba mojado...ese terror a que los chicos se mojen, es como una obsesión, algunas tampoco los dejan tocar la tierra. Ay ay ay esta "civilización" que nos ha alejado tanto de la naturaleza hasta el punto de casi no tener contacto.

Después caí porqué no habia nadie, en el medio del parque se había formado un charco grandísimo, una verdadera atracción para los chicos!!! quien sabe cuantas promesas de aventuras que puede regalar semejante dono de la naturaleza.

El parque era todo nuestro y Nicole se la pasó en grande!!! Eso si, me prometï de comprarle unas botas para la lluvia así no se le enfrian los pies. Ropa de recambio siempre tengo, pero zapatos no, asi que cuando terminó de jugar se los saqué y me la llevé al auto upa.

No tiene precio ver la alegría de mi hija experimentando las nuevas sensaciones de jugar en un charco. Vale la pena el trabajo de desvestirla y volverla a vestir, de lavar sus zapatillas y de llevarla alzada.

Miren (la definición no es muy buena porque lo filmé con el celular).

3 comentarios:

  1. Clau! Qué bueno! Una siempre se sorprende y aprende de los niños. A mi me resultaba raro ello, hasta que fui aprendiendo a ser mamá. Los otros días salíamos de baile con Cami y lloviznaba. Danza queda cerca de casa, enfrente de Don López, en el Passing de General López. Así que con paragüas en mano, salimos las dos hasta casa y en el trayecto, Cami me dijo: "Mami, qué lindo paseo" mientras las gotitas le acaraciaban la cara. La verdad es que yo no quería que se moje mucho pero así aprendí y experimenté la belleza de la lluvia en el rostro de mi hija. Yo también tengo que comprarle botas para que salte en los charcos sin problema! Un beso y gracias por dejarnos esas experiencias!

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    1. Gracias por dejarme tus experiencias tambien primi. Es lindo saber que me lees.
      Besos

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  2. Si, yo también tengo como pendiente la compra de las botas de lluvia. Ellos son fan de los charcos y aunque a veces hago todo lo posible para que no se mojen, ellos son mucho más rápidos. :)
    Hermosa Nicole!
    Te abrazo, amiga!!!!
    Lourdes

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